martes, 9 de junio de 2015

Corazón solidario

Queremos contaros una bonita historia, de esas que llegan al corazón aunque no conozcas quien lo cuenta ni de quien habla. Es una historia cercana, de alumnos de nuestro colegio, que una vez más demuestra el gran corazón que tienen.

"Me considero una persona con mucha empatía hacia el prójimo y más aún cuando de niños se trata. Todo lo que afecta al bienestar de un niño me toca mucho, y más siendo madre, ya que siempre suelo ponerme en situación, gracias a mi amiga *********** fue como conocí a esta magnífica asociación y organizaciones que ayudan a los niños que padecen cáncer. Ella me comentó que tenía pensado comprar las naricillas de payaso de la Fundación Theodora, como obsequio para la comunión de sus dos ángeles, de esta manera aportar su granito de arena a esta causa.

Al colgar el teléfono empecé a darle vueltas a la cabeza, quería hacer algo, algo que beneficiase a aquellos niños que lo estaban pasando mal a causa de esta temible enfermedad, cuyo tratamiento ya es duro para un adulto, cuanto más para los más pequeños.

Me metí en la web de Fundación Theodora, me llamó mucho la atención. Todos sabemos que la actitud frente a la enfermedad es muy importante para poder superarla, y qué importante es la sonrisa de un niño. Y ahora, haciendo mías las palabras de esta Fundación: Es un hecho, pero desafortunadamente son muchos los niños que por culpa de sus enfermedades tienen que permanecer hospitalizados y que día a día tienen que enfrentarse a una dura realidad, que sin duda, no debería ser la suya.

Fundación Theodora nace en el año 2000, y con sus Doctores Sonrisa trabajan todos los días para que las risas nunca falten en las habitaciones de los hospitales. El Doctor Sonrisa crea una magia especial para nuestros niños y adolescentes hospitalizados, les ofrecen un diagnóstico cargado de risas que hace que se vuelvan más fuertes, que desconecten, que jueguen... Son risas de emergencia, que a veces se convierten en la mejor de las medicinas.

Por eso decidí regalarles una nariz con su tarjeta, la misma que di en la comunión de ambos, a cada uno de los compañeros de clase y este fue el resultado.


Desde aquí queremos animaros a que visitéis la página de Fundación Theodora, y que en la medida de lo posible, regaléis una sonrisa.



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